"Modelo explicativo de la intensidad de la competencia" (Artículo)

04.08.13
En estudios de competencia, requiere evaluar la percepción de quienes se desenvuelven en los diversos sectores productivos, y la tendencia de los consumidores en una era de globalización, y de acuerdo a Friedman (en su publicación de The world is flat), son seis elementos a considerar:
1.- Recesión económica mundial desde 2008.
2.- Las empresas están tomando conciencia de que deben ser socialmente responsables.
3.- El predominio de un estilo de vida vertiginoso y con escaso tiempo para actividades cotidianas.
4.- Creciente interés de las personas en su salud y bienestar.
5.- Intenso uso de los dispositivos móviles multipropósito para conversar, revisar correos electrónicos, navegar por internet, tomar fotografías.
6.- El consumo mediático multitasking (solapado y con varias fuentes a la vez) y una creciente participación de los usuarios en la generación de contenidos.

Con estas tendencias, las empresas se ven afectadas en menor o mayor cantidad, dependiendo del sector y modelo de negocios que desarrollan, y pueden reunirse en tres categorías.
1.- Mayor rivalidad de la competencia.
2.- Necesidad de innovar para competir.
3.- Exigencia de entender los nuevos medios.
Por esta razón, Jiménez (en su libro Análisis de la competencia) le dedica unas líneas para medir la intensidad de la rivalidad de la competencia, como lo propone Michael Porter (1985), y depende de que un sector económico se den una o más de las siguientes ocho situaciones:
1.- Gran número de competidores o empresas con capacidades similares.
2.- Crecimiento lento en el sector.
3.- Grandes costos fijos o de almacenamiento.
4.- Falta de diferenciación de los productos.
5.- Incrementos importantes de la capacidad instalada de las empresas.
6.- Diversidad de enfoques estratégicos entre los competidores.
7.- Intereses estratégicos muy importantes.
8.- Fuertes barreras de salida.
¿Resultó útil este contenido? ¡Coméntalo, queremos conocer tu opinión!
Publicaciones relacionadas
Fuentes consultadas:

Friedman, T. (2006) The world is flat.
New York: Farrar, Straus & Giraux

Jiménez, C. (2010) Análisis de la competencia: Manual para competir con éxito en los mercados».
Caracas: Ediciones IESA.
Porter, M. (1985) Estrategia competitiva.
México: CECSA.

Fuente de la imagen:

WEB   LINKEDIN   DIRCOM   TWITTER   BLOGGER   GOOGLE+

"Principios de la Comunicación" Rudolf Verderber (Artículo)

Por Olberg Sanz
22/07/13
En publicaciones anteriores del blog, se ha compartido teoría relacionada con la comunicación, entre ellos, trastornos del lenguaje y ambientes de comunicación, por mencionar algunos. Ahora, le dedicaremos unos párrafos a los principios de esta herramienta humana. Citando a Verderber, son 6:
1.- La comunicación tiene un propósito: puede ser serio o trivial, pero una forma de evaluar su éxito es preguntarse si ha logrado su objetivo.
2.- La comunicación es continua: siempre enviamos mensajes conductuales de los cuales otros sacan alguna deducción o sentido. Aún el silencio o la ausencia son comportamientos de comunicación si otra persona entiende algún significado de éstos.
3.- Los mensaje de la comunicación varían en un código consciente: puede ocurrir de forma espontánea, puede basarse en un guión preparado o ensayado, o puede estar pensado cuidadosamente con base en el entendimiento de la situación en la que usted se encuentra.
4.- La comunicación es de relación: significa que en cualquier medio la gente no sólo comparte un sentido satisfecho, sino también está negociando su relación. Dos aspectos pueden negociarse durante la interacción. Un aspecto es el afecto (…) Otro aspecto de la naturaleza de relación busca definir quién tiene el control. 
En una relación complementaria, una persona permite que la otra defina quién tendrá mayor poder. (…) En un relación simétrica, las personas no están «de acuerdo» acerca de quién tiene el control. Cuando una persona demuestra la necesidad de tomar el control la otra desafía el derecho de la primera e impone su propio poder, o al renunciar una persona al poder, la otra se niega a asumirlo.
La interacción de los mensajes de la comunicación, como se muestra tanto en el comportamiento del lenguaje como en el no verbal, define o aclara la naturaleza complementaria, o simétrica, de las relaciones de la gente. En las relaciones complementarias el conflicto abierto es menos usual en las simétricas, pero en las relaciones simétricas es más probable que el poder se reparta equitativamente.
5.- La comunicación tiene implicaciones éticas: en los encuentros, nosotros elegimos si nos comunicaremos éticamente o no. (…) Los principios éticos son altos criterios que definen métodos honestos y honorables, y que tienen efecto cuando se realizan transacciones con otros de acuerdo al código moral particular.
6.- La comunicación se aprende: debido a que la comunicación parece ser un comportamiento natural, innato e incambiable, rara vez intentamos mejorar nuestras habilidades por muy inadecuadas que éstas puedan ser, pero la comunicación se aprende.

En una próxima entrega, se analizarán las funciones de la comunicación, según la visión que ofrece el mismo autor, y una publicación especial con los modelos de comunicación más antiguos hasta los más modernos. ¿Te resultó útil este contenido? ¡Déjanos tus comentarios!

Publicaciones relacionadas:

Fuente consultada:
Verderber, R (1999) ¡Comunícate!
México: Thomson Editores S.A. de C.V.
Fuente de la imagen:

WEB   LINKEDIN   DIRCOM   TWITTER   BLOGGER   GOOGLE+

"Teoría del Posicionamiento" Al Ries y Jack Trout (Presentación)

En publicaciones anteriores del blog, se ha hecho referencia al término posicionamiento, en temas relacionados a marketing, publicidad, propaganda, y promoción de venta directa, vistas incluso en conjunto en planes de comunicaciones integradas. Por ello, este material resulta de gran interés para la investigación y estudio.

Esta presentación en Slideshare, realizada por Juan Carlos Fernández el 04 de junio de 2009, resume la teoría de posicionamiento desarrollada por Al Ries y Jack Trout, y 22 leyes de marketing aún vigentes, y por ello reconocidos como grandes estrategas de esta área de conocimiento.
Según refieren los autores en el libro «Posicionamiento: la batalla por su mente«, el posicionamiento puede entenderse como «lo que se hace con la mente de los probables clientes; o sea, como se ubica el producto en la mente de éstos. El enfoque fundamental del posicionamiento no es crear algo nuevo y diferente, sino manipular lo que ya está en la mente; revincular las conexiones que ya existen.»

Fuentes consultadas:

WEB   LINKEDIN   DIRCOM   TWITTER   BLOGGER   GOOGLE+

Humor en el tribunal (Video): Ruido en el proceso de comunicación

Por Olberg Sanz. 
http://www.olbergsanz.blogspot.com
24.04.12

En 2006, fue subido este video en YouTube, que proyecta una historia humorística difundida por Televisión Española, que se desarrolla en un tribunal ibérico. Más allá de la gracia que ocasiona la situación, demuestra el valor que posee la semántica de las palabras. 

Si los armados gramaticales no son utilizadas de la forma de adecuada, no tienen relación con el contenido de forma directa, o reemplazan la verdadera intención de comunicar, el mensaje no se comprende. En teoría de la comunicación, Claude Shannon y Warren Weaver (1948), en su modelo de comunicación que describía el proceso a través de un canal artificial, agregaron el elemento de «ruido» (tanto en la señal de dicho canal artificial, como un teléfono por ejemplo) puesto que altera o perjudica el tránsito de la información.
Posteriormente, el ruido se redifinió en un concepto más amplio. Además de contemplar la falla en la señal de un medio artificial, también se refiere a códigos que se utilizan forma incorrecta para su comprensión, e incluso, el estado de ánimo del emisor y del receptor pueden ser considerados ruido.
Fuentes consultadas:
Cabrera, Adriana. Pelayo, Neneka (2002) Lenguaje y Comunicación.
Caracas: El Nacional.
Berlo, David (1999) El proceso de la comunicación. Introducción a la teoría y a la práctica.
Buenos Aires: El Ateneo.

David Kenneth Berlo (1929-)

PERFIL BIOGRÁFICO Y ACADÉMICO
Nació en 1929. Discípulo de Wilbur Schcramm en la Escuela de Periodismo de la Universidad de Illinois, donde se doctoró en 1956, con la tesis Allocation of Procedural Responsibilities as a Determinant of Group Productivity and Satisfaction, dirigida por Charles E. Osgood. En 1958 publicó A philosophy of communication, pero fue dos años más tarde, en 1960, cuando apareció su libro más conocido, en el que hace la exposición de sus modelos teóricos sobre la naturaleza psicológica de la comunicación: Process of Communication: An Introduction to Theory and Practice. Posteriormente fue editor Trabajó para el Departamento de Seguridad norteamericano en proyectos sobre comunicación y seguridad civil en caso de radiación nuclear. Director del Departamento de Comunicación de la Universidad del Estado de Michigan, donde dirigió, entre otras muchas tesis doctorales, la del teórico boliviano Luis Ramiro Beltrán. Rector de la Universidad de Illinois (1971-1973), cesó en el cargo por graves cuestionamientos en la gestión.
Su obra teórica -Process of Communication, Holt, Rinehart, and Winston, Nueva York, 1960-, ha tenido, con el paso del tiempo, mucha más vigencia en América Latina que en Estados Unidos. Sus esquemas y modelos, planteados hace medio siglo, siguen centrando el interés de las facultades de comunicación. Traducida a la lengua española como El proceso de la comunicación. Introducción a la teoría y a la práctica, El Ateneo, México, 1960, ha sido objeto de una decena de ediciones. En portugués, la primera edición de O Processo da comunicação, introdução à teoria e à prática es de Fundo de Cultura (São Paulo, 1963).

PENSAMIENTO Y EXPRESIÓN CIENTÍFICA
La comunicación aparece en David Berlo como un proceso reglado (no como un simple acto) que permite al ser humano negociar su posición en el entorno en el que vive. De este modo, la comunicación es un valor de interlocución, de poder, de influencia, de control… La eficacia o ‘fidelidad’ de la comunicación, no obstante, está sujeta a estrategias y no produce resultados ciertos, sino que puede estar avocada al fracaso, generalmente por incompatibilidad entre el propósito de quien emite y la disposición de quien recibe. La eficacia radica, en buena medida, en eliminar, en un sentido amplio del término, los ‘ruidos’ que pueden distorsionar el propósito comunicacional. Desde el punto de vista de sus objetivos, los alcances de la comunicación son, según este autor, de dos tipos: aquellos que se satisfacen en el hecho mismo de la comunicación y los que, más allá que transmitir un mensaje, dar a la comunicación un carácter instrumental y persiguen una respuesta concreta (cambio de actitud, consumo, voto político, etc.).
Berlo, a través de su modelo denominado ‘S·M·C·R’ (source-message-channel-receiver) distingue, pues, la acción del emisor y su estrategia e intención de la del receptor. Este último puede aparecer como destinatario ‘intencional’, esto es, objetivo directo del mensaje del emisor, o como ‘no intencional’, que es todo aquel al que llega el mensaje, aun cuando no figuren como objetivo de la comunicación. Berlo aplica este esquema al conjunto de los fenómenos de comunicación, incluida la interpersonal, por lo que, según los tipos, se produce una síntesis o simplificación en los procesos que definen el protocolo de la acción comunicativa. Desde una posición conductista, para Berlo el proceso sigue las pautas del aprendizaje, estableciendo relaciones de causalidad a partir de la aplicación de las pautas procesales.

FUENTE: Constituye el origen, el punto de partida sensible a factores como las habilidades, el conocimiento, las actitudes y la posición socio-cultural.
CODIFICADOR: Traduce a una clave el mensaje destinado a obtener la repuesta esperada. Supone habilidades de hablar y escribir.
MENSAJE: Es el producto físico del emisor y su estructura debe estar compuesta por un código, un contenido y un tratamiento del mensaje.
CANAL: Es el vehículo de transporte el cual habrá de dirigirse a uno de los sentidos o varios para su percepción.
RECEPTOR – DECODIFICADOR: Es a quien se dirige el mensaje, la decodificación se refiere a las habilidades de leer y escuchar y comprender el mensaje que se quiso enviar. La decodificación de alguna manera resulta determinada por las actividades que el receptor guarde para sí mismo, hacia la fuente y hacia el contenido por su nivel de crecimiento del código.
La comunicación como proceso reglado se atiene a las pautas clásicas de la acción comunicativa (Shannon y Weaver), con una posición emisora (fuente), una mediación (codificador) que transforma la intención de la fuente en mensaje, a transmitir por un canal (medio o soporte), que debe ser decodificado para ser eficaz en la producción de comunicación sobre un receptor (audiencia) final. La idea de ‘ruido’, analizada en el plano físico por Shannon y Weaver como merma del mensaje, paliable mediante la redundancia en el flujo emisor, la lleva Berlo al plano de la fidelidad o eficacia en el fenómeno de la comunicación humana. Y esa eficacia o fidelidad, esto es, la consecución de los objetivos fijados por la fuente, la basa en unas pautas que afectan al conjunto del proceso: Capacidad de la fuente en la formulación estratégica de sus objetivos (definición de qué y a quién se quiere comunicar), codificación adecuada (valores narrativos, retóricos, etc.), elección del canal más eficaz en función del mensaje y del receptor final, siempre en aras de transmitir seguridad, confianza y credibilidad, que aparecen aquí como valores asociados a la fidelidad. Pero, también, la eficacia pasa por la capacidad y facilidad de diálogo entre interlocutores que tienen distintos roles en el sistema social, incluso por una empatía cultural e ideológica de la fuente y del receptor; de modo que la proximidad en los rasgos de identidad facilitan el alcance de los objetivos (esto es, ‘hablar el mismo idioma’). En el caso de la comunicación masiva, el proceso debe partir del conocimiento del sistema social, de la posición de sus actores, de las posiciones receptivas (demandas, expectativas, formación, prácticas culturales, etc.). El propio sistema social, definido por los roles de sus agentes, es en sí, para Berlo, un sistema de pautas de comunicación, de proximidades, lejanías, afinidades y controversias. El conocimiento de las estrategias de comunicación de los propios agentes sociales condiciona también la propia comunicación dentro del sistema.
Pero hay un elemento diferenciador en el modelo teórico de Berlo y es la relación entre eficacia de la comunicación y gratificación del receptor. La recompensa se convierte aquí en el mecanismo reflejo de la aceptación y objetivación de la acción comunicativa. Se produce entonces un mecanismo de complicidad o conexión en la línea de intereses de los actores del proceso, a partir de la cual la efectividad de la comunicación alcanza un carácter reversible, que produce una alimentación de la fuente a instancias del receptor; esto es, lo que se ha dado en llamar ‘realimentación’, ‘retroalimentación’ o ‘retroacción’ (Berlo se acerca al modelo de Osgood, expuesto por Schcramm), que permite un refinamiento, rectificación o mayor sensibilidad y sintonía comunicativa en las sucesivas acciones del emisor. Berlo da un gran importancia a la recepción, y señala que “los significados no están en el mensaje, sino en sus usuarios”; esto es, la decodificación es el valor final y diferenciado que fija, por contraste con el propósito inicial del emisor, la eficacia de la comunicación.

"Propósitos de la Comunicación" David K. Berlo

Por Olberg Sanz.
http://www.olbergsanz.blogspot.com
25.03.12

¿Existe la intención de convencer a otros cuando se comunica, o sólo hay expresión sin un fin último? Esta premisa se desarrolla en la publicación Process of Communication: An Introduction to Theory and Practice (1960), del periodista norteamericano David Kenneth Berlo, su libro más conocido, en el que hace la exposición de sus modelos teóricos sobre la naturaleza psicológica de la comunicación.

Para el autor, se entienden dos propósitos en el proceso de comunicación: el consumatorio, cuyo mensaje del emisor culmina en la entrega del receptor sin un fin superior al comunicar una serie de códigos, y el instrumental, cuyo mensaje del emisor pretende provocar una acción o conducta posterior en quien lo recibe. Este último, resulta útil cuando se relaciona con las áreas de publicidad, propaganda y marketing, que dan a conocer o recordar ideas, bienes o servicios, e incluso, incentivar la aprobación o compra de éstos. Interesante perspectiva de análisis donde converge la comunicación con la psicología.
El «cómo» del propósito.
(…) Cualquier tipo de mensaje dado puede tener diversos propósitos Algunos es posible que sean altamente consumatorios y otros esencialmente instrumentales, y por ello tanto para la fuente como para el receptor. La intención de una obra de teatro puede ser la de querer producir en el público la respuesta «me gustó», y, al mismo tiempo, tener por objeto tratar la de modificar la futura conducta de los espectadores con respecto a temas sociales o políticos. El que asiste a un debate público lo hace porque disfruta de la poma de la situación y porque, al mismo tiempo tiempo, quiere obtener ciertas informaciones que habrán de ayudarle a tomar una decisión en la próxima elección. Cabe que un empleado festeje el chiste de su jefe porque le hizo gracia y también es posible que, al hacerlo, su intención sea la de conservar su puesto o la de que lo asciendan. (…)
Hemos hablado de dos dimensiones en el propósito de la comunicación. Primero es necesario determinar el verdadero «sujeto» del propósito. Tenemos que distinguir entre la comunicación, su receptor intencional y los receptores no intencionales que reciben el mensaje. Con respecto a cada uno de ellos es preciso preguntarse si su intención es al participar en la comunicación es, ante todo, afectarse a sí mismo o bien a otros, o ambas cosas a la vez. Antes de poder proseguir con cualquier tipo de análisis del propósito, esta pregunta exige una respuesta específica en cuanto a la conducta que el mensaje intenta producir.
En segundo lugar, nos hemos referido a la necesidad de colocar los propósitos en un continuum consumatorio-instrumental. Tanto los propósitos de la fuente como los del receptor pueden ser localizados a lo largo de este continuum. ¿Está satisfecho el propósito con la consumación del mensaje, o hay necesidad de que la conducta producida por éste sea utilizada más tarde como instrumento provocador de una conducta posterior?
Un problema sigue en pie: el de especificar las distintas clases de respuesta deseadas de las diversas clases de efectos perseguidos. Las categorías de respuesta tipo podrían incluir, claro está, todas las conductas accesibles al hombre. Este hecho torna sumamente difícil poder crear categorías que sean al mismo tiempo consistentes y útiles para describir la intención «comunicativa», pero es obvia la necesidad de que exista esta serie de categorías.
Fuente:
David Kenneth Berlo. (1960) El Proceso de la Comunicación:
Introducción a la teoría y a la práctica.
Páginas 10, 11, 12.